viernes, 22 de marzo de 2013

Peonzas Antiguas

Peonzas de madera


La peonza, trompo, peón o piuca es es un juguete de madera, de forma cónica y terminado en una punta metálica, llamada rejo; sobre ella se enrolla una cuerda para lanzarlo y hacerlo bailar.

Las peonzas antiguas eran fabricadas por los propios niños, con o sin ayuda de adultos, con madera de haya o encina, que tallaban toscamente, colocándolas finalmente un clavo de hierro sin cabeza como punta.

Para evitar que la cuerda se escapase de la mano a la hora de lanzar, solía anudarse en el extremo un trozo de palo, una arandela o, lo que era más corriente, una moneda de dos reales, aprovechando su agujero para hacer el nudo.

Las formas de jugar eran muy diversas. Básicamente se trataba siempre de arrojar la peonza mediante la cuerda y hacerla bailar. A partir de ahí había numerosas variantes:



Coger el trompo con la mano
Los jugadores arrojaban simultáneamente sus peonzas e inmediatamente los cogían con la mano, sin que dejara de bailar. Era toda una técnica conseguir el trompo subiera a la mano entre los dedos índice y corazón. Ganaba aquel jugador cuyo trompo permanecía más tiempo girando.
Sacar objetos (cajas de cerillas, "perras", canicas, peonzas, piedras, cromos...) previamente colocados en un círculo o cuadrado trazado en el suelo.
Se marcaba un redondel de unos dos metros de diámetro en cuyo interior cada jugador colocaba el objeto que se apostaba (por ejemplo una canica, una caja de cerillas, incluso una moneda). El primer jugador tiraba su trompo y lo cogía con la mano mientras bailaba. Después, con mucho cuidado y precisión lo tiraba sobre los objetos colocados en el círculo intentando sacarlos de él, pues ganaba todos los que podía sacar. Mientras la peonza bailaba el jugador podía tirar de nuevo. Cuando se paraba pasa el turno al siguiente jugador y así sucesivamente hasta que ya no quedaba nada en el círculo.
Rompetrompos: Arrojar la peonza violentamente sobre la de otros intentando detener su baile.
Una de las maneras de jugar consistía en marcar un círculo en el suelo y, por turno, arrojar el trompo para que bailase dentro. Mientras bailaba, el jugador intentaba sacarlo con ayuda de la cuerda. Si lo conseguía no pasaba nada, pero en caso contrario todos los demás arrojaban sus peonzas contra él hasta que, por efecto de alguno de los porrazos que recibía, salía del círculo. Quedaba entonces libre y empezaba de nuevo el juego tirando el siguiente jugador.
 
Mariquita Pérez
Mariquita Pérez fue una muñeca española ideada por Doña Leonor Coello de Portugal en 1938. Fue la más célebre de las décadas de los cuarenta, cincuenta y principios de los sesenta, aunque su producción se mantuvo hasta el año 1976. Está considerada una de las mejores muñecas que se haya fabricado en España y también figura entre las mejores de Europa de su época por su fabricación artesanal, calidad de los materiales empleados y la riqueza de vestuario y complementos.
Asimismo tuvo un gran éxito de acogida en otros países como Portugal, Argentina, donde también se fabricó, Venezuela y Cuba, en esta última era conocida como la “Reina de Cuba”.

 Historia
Leonor Coello, hija del Conde Coello de Portugal, era una dama perteneciente a la nobleza madrileña que residía en San Sebastián durante la Guerra Civil Española y que se inspiró en su hija de dos años, Leonor de Góngora, para crear una muñeca. Durante este tiempo era frecuente verla pasear a su hija por la Playa de la Concha (San Sebastián), con una muñeca alemana de porcelana que había ganado en una de las frecuentes rifas benéficas que se celebraban entonces para recaudar fondos destinados al frente. Esta emprendedora vestía a la muñeca igual que la pequeña, suscitando el interés y la sorpresa entre bañistas y transeúntes. El éxito fue tal, que en sus recorridos por la citada playa la gente se paraba para ver a aquella niña rubia de ojos azules que llevaba entre sus brazos una muñeca con idéntico vestido. La propia Leonor Coello era quién dibujaba, cortaba y cosía los trajes de ambas.

No imaginaba que ese juguete, el cual había llegado a sus manos procedente de Alemania, iba a ser el embrión del negocio de su vida. Leonor que era una emprendedora nata con gran visión comercial, tuvo la idea de convertir a su hija en modelo, en la musa que sirviese de inspiración para una muñeca nueva y especial, distinta a las demás, una muñeca que se vestía de verdad, igual que las niñas de la época.
A pesar de la idea, la falta de capital le impedía poner en marcha el negocio, por lo que consultó entre sus amistades más allegadas para que la ayudasen a sufragar el proyecto, hasta que finalmente encontró a una socia capitalista en su antigua compañera del colegio del Sagrado Corazón, María del Pilar Luca de Tena de Fagalde, quién aportó el capital inicial para fundar la empresa Mariquita Pérez S. A.
Si bien la sociedad ya estaba constituida y contaba con el dinero necesario, no obstante quedaba todo por hacer, buscar el nombre, inventar una biografía y lo que es más importante; diseñar y fabricar la muñeca en sí.

 Leonor quería un nombre muy español para su creación, por lo que no dudó en consultar a los amigos y compañeros de tertulia de su marido Manuel de Góngora, escritor y redactor jefe de la revista Blanco y Negro, entre los que se encontraban intelectuales de la talla de Luis Escobar, comediógrafo y director teatral; Jacinto Guerrero, músico y autor de zarzuelas; Felipe Sassone, novelista y diplomático, Eugenio d'Ors, filósofo y académico y Victor de la Serna, periodista. Leonor les explicó que la muñeca debía tener personalidad propia, historia, un nombre pegadizo y una familia. Atónitos al escuchar la insólita petición de Leonor, estos hombres con tantos años de estudio y erudición se pusieron delante de sus cuartillas a garabatear nombres y apellidos para una muñeca. Al ser español y fácil pensaron en el de María, pero al final se decantaron por el diminutivo de Mariquita. Respecto al apellido, eligieron el de Pérez porque era común y de los más extendidos en España, lo que se ajustaba a la familiaridad deseada.

Una vez terminada la guerra civil, las dos socias y la hija de Leonor dejaron San Sebastián y se dirigen a Onil (Alicante), al taller de uno de los más prestigiosos jugueteros, el artesano Santiago Molina, para encargarle la fabricación de mil muñecas, manifestándole las dos mujeres que estas debían ser idénticas a la hija de Leonor. El artesano tomó medidas a la niña para hacer el molde de la misma.

Las mil unidades confeccionadas en noviembre se vendieron todas entre noviembre y diciembre a un precio de 85 pesetas en 1940 (aunque ya había sido presentada a finales de 1939), cantidad reflejada en los catálogos del citado año. Se trataba un producto de lujo accesible solamente a las clases más pudientes, sirva como dato indicativo que el salario medio mensual no alcanzaba las 150 pesetas en una época en la que España atravesaba por un periodo de penuria económica, hambruna y autarquía.

 Fenómeno social: Años 40 y 50
Muñeca de 1943.
La fiesta de inauguración de la primera tienda Mariquita Pérez, en donde se presentó a la muñeca en sociedad, se celebró el 11 de noviembre de 1940 en un pequeño local ubicado en un primer piso y sin escaparate, en la Avenida del Generalísimo número 12, actual Paseo de la Castellana, llegando a ser todo un acontecimiento social en el Madrid de la posguerra.
Ante el rotundo éxito de Mariquita Pérez, seis años más tarde el espacio se quedó pequeño y la tienda es trasladada a la calle Serrano número 8, en cuyo escaparate artísticamente decorado se expondría, para deleite de niños y adultos, la muñeca con su rico vestuario que cambiaba con cada temporada, convirtiéndose en fiel reflejo de la moda imperante en cada momento durante mas de tres decenios.
Poco después, y a medida que el negocio iba creciendo, la sede central de la empresa se instaló en una casa de tres pisos ubicada en la calle Núñez de Balboa 52 de Madrid; el taller de fabricación de muñecas y confección de ropa estaba situado en la planta baja y los pisos superiores se destinaron a salas de canastillas, tienda de trajes para niñas, que así podían vestir igual que sus muñecas y un salón para acomodar a la clientela. Por aquel entonces la compañía ya contaba con 25 empleadas entre diseñadoras, cortadoras, costureras, etc. A esto hay que añadir una planchadora y cinco trabajadoras más que se dedicaban por entero a los trajes de la muñeca.


El éxito no se detuvo en la primera tienda de Madrid, Leonor viajó por todas las provincias españolas en una furgoneta decorada con las identificativas rayas rojas y blancas conducida por un chófer. Recorría primero las ciudades importantes e investigaba cuales eran las tiendas más selectas, para seguidamente ofrecer a los propietarios la posibilidad de vender en exclusiva su muñeca. A cambio la empresaria proporcionaba la mercancía, papel de envolver con franjas rojas y blancas y el letrero que debía colocarse en el lugar más destacado de la fachada. Primero convirtió en franquicias de la marca las mejores jugueterías de Santander y Bilbao, a las que siguieron Segovia y el resto del país, llegando a contar con 40 estables en otras tantas provincias. También se abrieron otros establecimientos en Dallas, Chicago y Colombia, consiguiendo importantes beneficios.
Otra de las iniciativas de Leonor fue llevar a cabo desfiles infantiles donde las niñas se presentaban con los mismos trajes que sus muñecas, fueron muchas las niñas invitadas, entre ellas estuvo Marisol, que además utilizó vestidos de Mariquita Pérez hechos especialmente para ella en dos de sus primeras películas. Los desfiles de pasarela también se repitieron en algunas provincias españolas así como en el extranjero, llegando a presentarse una colección de vestidos de Mariquita Pérez en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Estos eventos se hacían siempre con fines benéficos.


 El primer modelo de Mariquita Pérez fue fabricado en 1940 y estaba hecho de cartón piedra, tanto la cabeza como el cuerpo, a base de una mezcla de escayola, polvos de talco y pegamento que, una vez seca, se le daba forma con una lija. Tenía peluca de cabello natural, ojos de cristal fijo con cejas y pestañas superiores pintadas a trazo y boca cerrada. En cuanto al vestuario, llevaba un vestido de vichy de rayas rojas y blancas, dos lazos para el pelo del mismo tejido, zapatillas “topolino” de esparto a juego y ropa interior, este conjunto recibió el nombre de Mi Delantal. Precisamente las líneas rojas y blancas se convirtieron en emblema de la casa, desde las cajas en las que se vendía hasta el interior de los baúles donde se guardaban la muñeca y su exclusivo guardarropa.
Entre 1941 y 1942 salieron al mercado nuevos modelos, todavía fabricados en Onil por Santiago Molina, con algunas modificaciones: los ojos eran durmientes y las cejas y las pestañas inferiores estaban pintadas a trazo, mientras que las superiores eran naturales; la boca la tenía abierta y mostraba los dos incisivos centrales. En esta época aparecieron también las muñecas andadoras y articuladas. Su precio por aquel entonces ascendía ya a 110 pesetas de 1942.
La indumentaria se amplió con nuevos trajes, abrigos a juego con los guantes, calcetines, sombreros de fieltro, zapatos de piel y conjuntos de ropa interior, compuestos por camiseta, combinación y braga. Por otra parte este modelo de Mariquita Pérez tenía dos pelucas intercambiables, una con la melena corta y otra algo más larga.


Pronto se dio a conocer a su familia, a través de cuentos y de medios de comunicación como la radio: su padre, José Antonio Pérez de la Escalera, era un militar andaluz, y su madre, vasca, se llamaba Marta Carvajal y Goicoechea. Estudiaba en el Colegio de El Sagrado Corazón de Madrid, junto a su amiga Mariví, sus historias se recogían en las Aventuras de Mariquita Pérez, escritas por Juan Cuentista.
Leonor Coello decidió ampliar la familia y darle hermanos a Mariquita Pérez, al recién nacido se le llamó Juanín Pérez. El nombre surgió de forma espontánea, con la atracción de lo popular, y los materiales empleados en su manufactura debían ser los mismos que los de su hermana. Apareció por primera vez en 1941 a un precio de 77 pesetas y su tirada superó el millar. Estaba bañado al duco, con ojos que no se movían, cabello y pestañas pintados. Su guardarropa, que cubría todas las necesidades de un recién nacido, estaba muy elaborado con bordados de todo tipo: punto de cruz, festones, vainicas, encajes, entredoses, etc. El bebé llegó a tener un sistema para llorar y en la siguiente tirada se le cambió el ojo fijo por el durmiente. Más tarde llegó a fabricarse un bebé mecánico que se vendía por 300 pesetas.
Posteriormente aparecieron otras versiones: el Juanín de lujo, de ocho meses de edad con el cabello rizado y Juanín cadete, de unos ocho años de edad (al igual que su hermana), que apareció en 1942 cuando Leonor cambió de fabricante y se decantó por Florido. Vestía pantalón corto por la rodilla, camisa, corbata, gorra, abrigo de paño inglés, guantes de piel, chaleco, calcetines largos de lana y zapatos de piel marrón con suela de goma. Tenía el pelo cortado a navaja con raya a un lado. Salió del mismo molde que Mariquita Pérez y con el mismo color de piel, si bien con los rasgos cambiados. También Juanín llegó a contar con un amplio vestuario y al igual que su hermana mayor se ofreció una versión articulada y otra andadora.

En 1943, Mariquita Pérez, ya fabricada en Madrid por Florido, volvió a cambiar; se hizo más morena al mejorar la calidad del baño de pintura que se daba al cartón piedra para simular el color de la piel, que se llama al duco; se rebajó el colorete de las mejillas y el cabello se peinó a la moda con el bucletón: un bucle en la parte delantera a modo de flequillo, otros dos horizontales, más pequeños, a ambos lados de la cara y uno más grande en la nuca. Hay otros cambios más sutiles como las cejas trazadas con aerógrafo.

 
Con el tiempo el ajuar continuó multiplicándose: baúl, muebles, billeteros, paraguas, medallas, bolsos, abanicos, máquinas de fotos, misal, libros del colegio con pizarrines, gafas de sol, y hasta un perro de raza fox terrier llamado Olé. La vida de Mariquita Pérez era un fiel reflejo de las niñas de familias adineradas de entonces: asistía a un colegio de monjas, los domingos paseaba con sus perros por los parques de su ciudad, en verano viajaba a la playa y a la montaña, y a lo largo del año practicaba todo tipo de deportes: esquí, tenis, vela, etc., y desarrollaba sus aficiones. Además de la formación académica, recibía una sólida enseñanza religiosa católica, así como instrucción en el hogar para que el día de mañana pudiera hacerse cargo de las responsabilidades que de adulta debería asumir como ama de casa, esposa y madre en el ámbito de una familia cristiana de clase alta.
En 1945 comienza a vestirse con una excepcional colección de trajes regionales Españoles con una policromía, riqueza de detalles, calidad de los tejidos y variedad que los hace inigualables. Igualmente fue a mediados de la década de 1940 cuando Mariquita se introdujo en la isla de Cuba cosechando tal triunfo que se la llegó a conocer como "la Reina de Cuba".
En 1946 el esposo de Leonor tuvo que trasladarse a vivir a Argentina por asuntos de trabajo, le acompañarom su mujer e hijos, permaneciendo en el mencionado país hasta mediados de 1949. Propio de su carácter inquieto y decidido, Leonor intentó hacer una Mariquita Pérez igual a la española pero esto fue del todo imposible, pues el precio final se disparaba, por lo que tuvo que conformarse con un modelo muy inferior tanto en los materiales empleados; realizada en cerámica en frío lo que provocaba que fuera más pesada, como la indumentaria; poco variada y menos cuidada en el diseño, confección y calidades. Con una estatura algo más alta y marcada en inciso en la espalda, era diferente a la Mariquita española por lo que la empresaria nunca se implicó con el mismo entusiasmo y el resultado no fue exitoso.
Mientras tanto en España, las ventas de Mariquita Pérez estaban en pleno apogeo. Durante su ausencia Leonor delegó sus funciones en Asunción Robles, Emilia de la Cruz y Carmen Pérez de Aragón que eran personas de su total confianza, que la mantenían informada sobre cualquier asunto. Si bien María del Pilar era la responsable de la empresa.
Mariquita y Juanín andaluces
En 1947 con motivo de la visita a Madrid de Eva Duarte Perón, la Sección Femenina quiso obsequiarle con una colección completa de muñecas ataviadas con los trajes típicos de las diferentes regiones de España, estas fueron adquiridas en Mariquita Perez S. A. Años más tarde la señora Lodge, esposa del Embajador de Estados Unidos en España, recibió una colección similar regalada por Cáritas.
La popularidad de Mariquita y Juanín con sus trajes regionales continuó hasta el cierre de la compañía. A este tipo de muñeca de menor tamaño las costureras la bautizaron como Mariví, tanto las del sexo femenino como el masculino. De este modo los turistas europeos que visitaban España podían llevarse una de recuerdo en la maleta.
La frenética demanda de vestuario y complementos colapsaron el taller de Núñez de Balboa, el cual carecía de máquinas cortadoras para confeccionar la ropa en serie, no obstante Leonor rechazó siempre la producción en masa. Por ello, la empresaria buscó conventos y casas de asilo femenino donde hicieran los vestidos para la muñeca. Se preparaba la labor y se cortaba la tela antes de enviarla a los conventos de San Miguel o San Pascual de Madrid. Las religiosas eran especialmente cuidadosas a la hora de elaborar el ropero de Mariquita Pérez, ese vestuario marcó la moda reinante hasta los años sesenta. Este éxito la llevó incluso a buscar ayuda en cárceles de mujeres.
Modelo de hacia 1954.
Respecto a los modelos más curiosos y raros de los años 50, hay que citar dos; el primero de celuloide realizado en 1950 por Ibérica Comercial S. A. (ICSA) y el segundo con brazos de celuloide cuyas manos presentaban dedos con nudillos y uñas marcados.
La relación entre las dos socias, Leonor y María del Pilar, no fue siempre idílica y si bien la productividad continuaba aumentando, ambas decidieron separarse y dar por concluida la relación empresarial. María del Pilar vendió su parte del negocio a Leonor Coello, que se quedó con la totalidad de Mariquita Pérez S. A., se dijo en su momento que todo se debió a una falta de entendimiento entre las dos copropietarias.
En 1953 se produjo un nuevo cambio en la muñeca: el cuerpo se estilizó, se le pusieron ojos de fibra artificial, el cabello se peinó a lo garçon, con melena corta, la piel era más clara y sonrosada y la expresión de la cara se suavizó imprimiéndole un rostro algo más dulce. A partir de esa fecha, las muñecas fabricadas en los talleres de la calle Núñez de Balboa llevaban su nombre impreso en la espalda con letras rojas, no así en cambio las realizadas por Muñecas Florido. Se sospecha que esta medida fue adoptada por la empresaria, tras descubrir que el citado fabricante Florido estaba comercializando otras muñecas de tamaños distintos al de Mariquita pero con igual expresión.
Son las piezas manufacturadas en los años 40 y 50 las más cotizadas y buscadas por los coleccionistas, aunque el excepcional vestuario donde primaba la elección de las mejores telas, así como el exquisito diseño, corte y confección del mismo, prosiguió hasta el final de sus días en 1976, destacándose claramente de entre la competencia.


Muñecas De Porcelana

 Muñecas de porcelana

A finales del siglo XIX, asistimos en Europa a la llamada Epoca de Oro de las muñecas de porcelana.
Se elaboran bellos moldes de los que saldrán a diario bellísimas cabezas de muñecas, las cabezas de porcelana. Se hacían de caolín , una materia prima que tras pasar por los moldes y solidificar en los hornos a altísimas temperaturas, daba lugar al biscuit, un material relativamente resistente y duro, con el que se lograba una perfección tal de rasgos nunca hasta entonces conseguidos, que logró encandilar a varias generaciones siempre de las clases pudientes. Los cuerpos, cuando las muñecas no medían más de 25cm, se podían hacer en su totalidad de biscuit, a partir de ese tamaño, se solía usar, al principio, el papel maché,el trapo relleno para muchos bebés, la piel de cabritilla para las famosas muñecas tipo maniquí articuladas, o más adelante los cuerpos en composición.

Representaban a toda una época, toda una vida, los lujos, los trajes de infinitos encajes, todo el esplendor de una era victoriana a través de una muñeca.Tener una muñeca de porcelana era un lujo a manos de muy pocos, la mayoría de las veces, eran los padres quienes regalaban las muñecas a las madres, que las guardaban celosamente en lujosas vitrinas y las niñas, ensimismadas, debían conformarse tan sólo con mirarlas a través de los cristales. 

 Más adelante, hacia la primera década de los años 20, las principales factorías, con la intención de acercarse a un número mucho mayor de familias, comienza a realizar, junto a la porcelana, las cabezas de las muñecas con masa cerámica, parecida a la porcelana, no tan exquisita y fina, pero de la que se conseguían bellísimos rostros de muñecas y bebés a un precio más adsequible.

Francia
Las muñecas francesas destacaban por la calidad extrema de sus porcelanas y los detalles de sus vestidos.

Entre 1860 y hasta comienzos de la Primera Guerra Mundial, bellísimas muñecas denominadas Ladies o parisiennes, copaban un mercado selecto encabezado por los modistos, que las llevaban como maniquí para mostrar sus creaciones ante las finas damas de la sociedad.que muy pocos podían acceder. Las cabecitas y pectorales estaban realizados en fino biscuit y los cuerpos eran articulados, en piel de cabritilla, o en madera. Se vendían bien vestidas, con hermosísimos modelos de alta costura, o desnudas para que las costureras y nodrizas les realizacen los ropajes, la moda parisienne estaba reflejada en ellas, auténticas muñecas "maniquí" que hoy en día son muy apreciadas. Muchas no llevan marca, por lo que es imposible el poder identificarlas. 

Las niñas demandaban muñecas parecidas a ellas, lo que provocó que los fabricantes comenzaran a cambiar las delicadas primeras madammes, en dulces muñecas y en tiernos bebés. La calidad era exquisita y los trajes sumamente elaborados, por lo que los precios de las muñecas era tan elevado que sólo podían acceder a ellas exclusivamente las clases ricas.

Además, Alemania, venía empujando con fuerza, su producción era tal que se había convertido en la primera exportadora a Gran Bretaña,Estados Unidos y Francia. La calidad de su bisque era excepcional y los precios mucho mejor que los franceses. Con este panorama, los principales fabricantes crearon: SFBJ (Sociedad francesa de fabricación de bebés y muñecas), destacan entre ella, sacadas de moldes Jumeau, las llamadas de "carácter", niñas y niños, bien con cuerpo articulado o cuerpo de bebé, con inimaginables sonrisas y llantos, increíbles por su belleza y realismo. 
Alemania 
Alemania fue el país número uno en producción de muñecas de porcelana, y en sus principales factorías,  entre las que cabe destacar, la de ARMAND MARSEILLE, en Kopperlsdorf, se fabricaban una media de mil cabezas al día. Miles y miles de familias de Sonneberg y alrededores, vivían exclusivamente de la fabricación de las distintas partes del cuerpo de las muñecas, y las entregaban semanalmente a los encargados de las grandes fábricas que se encargaban de supervisar el producto. En las factorías se realizaban las cabezas, y una vez llegados, se ensamblaban todas las piezas.

Muchas factorías realizaban cabezas para otras firmas, mientras que otras, como Kestner, realizaba sus muñecos completamente en su fábrica, cabezas y cuerpos. Posteriormente llegaba el momento de la distribución, una  a una, ninguna era igual, ya que a pesar de compartir mismos moldes, esas cabecitas se pintaban minuciosamente a mano con gran dedicación y cuidado. 

 Tan importante era la muñeca como su vestimenta. Gracias a esto no faltaba el trabajo para costureras y chicas humildes de la calle que acogidas en enormes talleres creados por los fabricantes, aprendían a elaborar soberbios trajes para las muñecas, que lucían como niñas de verdad entre suaves batistas, lazos de seda y encajes. 

Comenzados los años 30, se deja de trabajar con el caolín.

Será a finales de los años veinte cuando se comienza a pintar sobre la cabeza en blanco, lo que abarataría en gran medida el coste en la fabricación de las cabezas de porcelana. También se usará a gran escala el polvo cerámico, lo que dará lugar a una amplísima producción de muñecas y bebés con cabeza de cerámica, más adsequibles a todas las niñas y no por ello, gran parte de ellas, realmente hermosas.


miércoles, 20 de marzo de 2013

Muñecas Recortables

Muñecas recortables

El origen de la muñeca recortable es muy difícil de constatar. Se habla de un posible origen asiático y también de la existencia de recortables ya en el siglo XI, realizados con la técnica de grabado, es fácil suponer que a cualquier niña un trozo de pergamino o papiro , le sugeriría este tipo de juego.
Pero la muñeca recortable como hoy la conocemos aparece en el siglo XIX en Inglaterra y Alemania donde parece ser que en principio se utilizaban en las familias acomodadas como modelos, no solo de vestuario sino también de conducta, en estos momentos las muñecas eran muy elaboradas, en cuanto a dibujo, detalles y texturas.
En Inglaterra la editorial FULLER en 1810 creo la primera muñeca pensada única y exclusivamente para niñas se llamó LITTLE FANNY y se venía acompañada de poemas e historias moralistas y los vestidos ilustraban las escenas de la historia.
A partir de 1840 la litografía sustituye al grabado tradicional y esto permite la mas amplia difusión de las muñecas y algunos ilustradores como RAFAEL TUCK llegaron a hacerse famosos.


Las muñecas recortables tienen su origen en diferentes partes del mundo y han formado parte de las más diversas culturas hasta la actualidad. En Japón, hace casi 3.000 años, se celebraba una ceremonia en la que se incluía una figura de papel y un fragmento del mismo doblado en forma de kimono que se colocaban en un bote para llevarlos a alta mar. En Francia, sobre el 1700, la pantin, una mezcla de muñeca recortable y títere, satirizaban la nobleza.

Aunque las muñecas recortables han sido utilizadas de diferentes formas desde que el papel existe, no fue hasta alrededor de 1700 cuando aparecieron en Francia las que podríamos considerar primeras ”paper dolls”.
Estas eran  figuras articuladas con diferentes trajes llamadas papins, y que estaban más cerca de las marionetas que de lo que hoy llamamos muñecas de papel. Estas papins se empleaban en juegos y teatrillos que satirizaban a la alta sociedad, ya que eran un entretenimiento propio de adultos de clase alta. Los trajes que se usaban para vestir a las papins eran un reflejo de la moda de la época.


jueves, 14 de marzo de 2013

Juguetes De Metal

Juguetes De Metal


La producción comercial de los juguetes de metal comenzó en Alemania en el siglo XVIII, pero los mayores avances llegaron tras 1850, gracias a las continuas mejoras en maquinaria y comunicaciones. La producción en masa no fue posible hasta que las fábricas funcionaron con vapor y posteriormente, con electricidad; tampoco era posible transportar los modelos de última hora a los comerciantes al pormenor hasta que el sistema de ferrocarriles estuvo bien establecido. Los juguetes más complejos, dado que el coste del fileteado de sus partes no resultaban apropiados  para los talleres familiares. Sin embargo, era la especialidad de las grandes fábricas quienes marcaban sus trabajos con orgullo. Los alemanes fueron particularmente diestros en su comercialización y observaron con rapidez la importancia de adaptar los juguetes exportados como los autobuses hechos en Nurenberg y lo vehículos de reparto que tenían anuncios británicos o americanos, y los barcos cuyos nombres eran familiares en los cuartos de los niños londinenses.

A pesar de los avances en las técnicas de decoración, que proporcionaron más color a los juguetes de metal, la mayoría, especialmente en los Estados Unidos, siguieron pintándose a mano en 1900, aunque la superficie se decoraba aún más con técnicas de estarcido o con el empleo de pulverizadores o calcomanías. Este uso continuado de lo que realmente eran técnicas caducas aporta a muchos juguetes de hojalata una apariencia engañosamente antigua. Todos los fabricantes mantenían en el mayor de los secretos sus métodos para imprimir sobre hojalata y aún resulta imposible conocer exactamente cómo se lograron algunos efectos. La impresión en colores mediante un proceso litográfico ha sido usada desde mediados del siglo XIX, pero no fue empleada de forma general en lo juguetes de hojalata hasta 1900. Los antiguos procesos litográficos, incluyendo el uso de color sobre piedra, no eran apropiados para la impresión en metal, pero los rápidos avances en las técnicas especializadas tras 1875, especialmente en el campo de la impresión con rodillos, y hicieron que e proceso resultara viable. Se abarató después de 1900, cuando las placas litográficas de metal fueron empleadas en lugar de piedras y resultó aún más económico en los años 20, cuando comenzó a emplearse la fotolitografía.



Soldaditos De Juguete

Figuras Macizas
Los soldaditos de juguete macizos se fabricaron por primera vez como operación comercial allá en el año 1760. Al principio eran planos, pero rápidamente se extendió el deseo de figuras mas reales y la empresa francesa De Lucotte fabrico soldaditos macizos, totalmente redondeados, que representaban el Ejército Imperial Francés. 


Éstos fueron los primeros soldaditos de juguete que intentaron representar al auténtico. Las guerras napoleónicas ofrecieron posibilidades a Lucotte para que sacara una amplia variedad de tropas de distintos conflictos.

Los soldaditos de Lucotte se pueden identifcar fácilmente por la abeja imperial, que está grabada en la parte inferior de la base de cada figura. Los soldaditos de Lucotte son raros hoy, pero un estuche de muestra con espejo en el palacio Blenheim, Oxfordshire, contiene una formación única de tropas napoleónicas hechas por Lucotte, y es un punto de partida que vale la pena para los aspirantes a coleccionistas.

El método de fabricación de los macizos se trataba de un mole de dos piezas que se rellenaba de plomo fundido. Después de que se hubiera enfriado el plomo se extraía la figura. Los fabricantes continentales fabricaban cabezas en moldes aparte, que luego se ponían en el cuerpo de la figura.

Allá por 1825, CBG, Mignot de París se había hecho cargo de la empresa de Lucotte y empezó a lanzar muchas líneas nuevas de soldaditos, al principio de varios períodos de la historia francesa, pero posteriormente se diversificó en ejércitos del mundo. Ellos fabricaron casi todos los regimientos franceses y coloniales franceses, junto con figuras representativas de muchos otros ejércitos del mundo, especialmente aquellos que estaban en conflicto con los franceses. Los involucrados en campañas napoleónicas eran temas famosos. Estaban pintados a mano y eran bastante fieles en cuanto a los detalles del uniforme. Mignot existió hasta principios de la década de 1990, pero se cree que ha caído víctima de la recesión económica de las décadas de 1980 y 1990.

Alemania va la segunda después de Francia en cuanto a la producción de soldaditos macizos fundidos. Georg Heyde Dresden fabricó soldaditos desde 1870 a 1944, cuando la fábrica fue destruida por los bombardeos aliados. Las figuras de Heyde vienen en variedad de tamaños pero la mayoría miden 45 mm de tamaño, a diferencia de los 54 mm de las figuras de Lucotte Mignot,  que se ha convertido en el tamaño estándar y reconocido de un soldadito de juguete. Los soldaditos se miden desde la parte de arriba de la base hasta la frente lo que significa que bases gruesas o cubrecabezas altos no afectan a la regla.

Como las figuras Mignot, los soldaditos Heyde tiene cabezas para meter, lo que significa que se podría crear una variedad completa de regimientos poniendo cabezas diferentes a torsos diferentes.

La línea Heyde ofrecía unos juegos de muestra macizos. Estos incluían soldados con posturas de acción (disparando, cargando , etc)y gente en posturas domésticas (cocineros, enfermeras, doctores, etc)junto con completos como campamentos de tiendas y hospitales de campaña, que incrementaba el valor del juego para los niños. Mignot prefería quedarse con las tropas en marcha convencional o en ceremonias.

Los soldaditos macizos alemanes y franceses se exportaron en enormes cantidades al Reino Unido y a América, y aubque algunos fabricantes estadounidenses intentaron imitar el proceso de los macizos a finales del siglo XIX, estos intentos no tuvieron éxito en buena parte. En el Reino Unido W.Y.Carman, mienbro fundador de la British Model Soldier Society,lanzó una línea de figuras macizas, representando muchas los uniformes de regimientos británicos de la historia.Esta operación de corta vida, que empezó a mediados de la década de 1930, no continuó después de la Segunda Guerra Mundial.



Caballitos De Balancín

Primeros Caballitos de Balancín
Europa tiene una tradición de fabricación de juguetes que viene de largo, los fabricantes más antiguos y prolíficos han estado sin duda en Alemania. Algunos de los primeros caballitos de balancín que se sabe que sigue existiendo hoy datan de principios de la década de 1600 y tienen allí su origen. Su diseño era una extensión de la cuna mecedora, cuya acción calmaba a los niños quisquillosos por la sensación de seguridad. En otros modelos de estos primeros caballitos de balancín el asiento se sustituyó por una montura de madera, presumiblemente para que los niños más mayores pudieran sentase a horcajadas en el caballo. Algunas veces estos caballos incorporaban reposapiés y una pistolera de madera tallada para una pistola del tipo empleado por los jinetes de la época.


De construcción sencilla, estos caballos con tablas laterales estaban hechos de dos tablas semicirculares de roble, con un tronco redondo que las separaba para hacer un asiento para los niños pequeños. La cabeza del caballo estaba tallada en otro bloque de madera. Reminiscencia de los corceles pesadosa de caballeros medievales, el cuerpo del caballo se pintaba a menudo en varias posturas en las dos tablas laterales. Sobreviven unos cuantos ejemplos del siglo XVII, pero se ven rara vez fuera de colecciones de museos. La sencillez y estabilidad de su composición ha superado la prueba del tiempo y hace eco en el diseño de muchos caballitos de balancín modernos.


Los caballitos de arrastrar con muchas ruedas se han hecho en Alemania durante siglos. Estos caballos cilíndricos diminutos en forma de tronco han sido famosos a través de los años,y, a diferencia de su pariente más costoso, el caballito de balancín, se hicieron a menudo para niños de menor fortuna.

Los caballitos que se parecen a los caballitos de arrastrar que hacían las cooperativas alpinas al estilo tradicional, se fabricaban en el siglo XVIII en Gran Bretaña. Hechos de recortes, eran de una construcción incluso más sencilla-un cuerpo en forma de tronco al que se le ajustaban cuatro patas de palo, con cabeza perfilada de forma tosca-.
Eran lo suficientemente pequeños para que los niños los llevaran o arrastraran hacia adelante. Llegaron a alturas de 45 cm, y estaban montados sobre plataformas de ruedas, añadiéndose finalmente un asa en la parte de atrás para que pudiera utilizarse para ayudar al niño o aprender a andar. Se vendían en ferias y mercados por un penique y se llamaban "Bristol toys".

A partir de estos dos diseños básicos se desarrollaron formas nuevas que combinaban la forma del caballo cilíndrico pequeño con la acción mecedora del caballo de tablas laterales. Mientras que el único rasgo equino del segundo era la cabeza, los caballitos de balancín adquirieron ahora la forma del cuerpo base del caballo cilíndrico, pero más grande y más sofisticado, y se incorporaron los reposapiés de madera de las monturas de los caballos de tablas laterales. Su aspecto era ahora más real que el de sus predecesores, con crin y cola de pelo de caballo, algunos con las patas y cascos y una cabeza bien formada con la boca abierta para parecer que tenía atada uan brida. Para completar la semejanza, tenían pintados los rasgos y la montura.

Los primitivos balancines en semicírculo se transformaron en elegantes balancines en forna de arcos hechos de madera dura de forma parecida a los arcos que utilizaban los arqueros de la época.Los balancines estaban separados por tablas anchas de 5 cm, y las patas del caballo estaban sujetas a estas tablas, que también hacían de espaciadores para los niños los balancines de arco. El resultado fue un caballito que era todavía bastante pequeño ( los balancines medían solo unos 69 cm ).


Estos caballos se hicieron famosos entre los padres ricos, principalmente por su empleo como juguetes educativos. En una época en la que los caballos de verdad proporcionaban el único medio de transporte, ellos ofrecían una madera relativamente segura dde aprender las nociones elementales de la equitación a una edad temprana y conveniente, ya que podían ser montados en la habitación de lso niños fuera como fuera el tiempo atmosférico.

Aunque los caballitos de balancín se fabricaron para atraer a todos los niños, aquellos que se hacían para la descendencia de las clases adineradas eran más grandes, ya que podían acomodarlos fácilmente en habitaciones de niños espaciosas. Con el aumento del tamaño vino la posibilidad de hacer caballos vigorosos. Los balancines de arco se hicieron con un rollo en el extremo para evitar que volcara, y una medida más de seguridad fue limitar la curva del arco para que fuera difícil sobrepasar el centro de gravedad y volcar el caballo. Por tanto, desde los comienzos más humildes, los caballos de juguete no sólo llegaron a ser más grandes sino que además incrementaron su realismo y sofisticación , algunos tallados en su totalidad y con monturas de cuero,bridas y arneses.


 PROBLEMAS DE LOS BALANCINES DE ARCO

Los caballos con balancines de arco se hacían en un principio de trozos de madera maciza, pero pronto se hizo evidente que esto presentaba problemas. Estos caballos eran muy pesados y uno se pregunta cuántos deditos de manos y pies de niños que esperaban su turno se dañarían con la oscilación de los balancines antes de que cambiara el diseño. Su gran peso podía se peligroso también si el caballo se inclinaba hacia los lados, como era posible que hicieran. Otro inconveniente era que podían dañar suelos y paredes también, ya que los balancines pesados se clavaban en el suelo y la desafortunada cabeza arrancaba trozos de la pared.

Los fabricantes europeos encontraron solución al problema montando al caballo sobre ruedas. Aunque esto limitaba el daño posible, no podía permitirse una monta muy emocionante, especialmente en caballos más grandes donde las piernas del joven jinete no alcanzaban el suelo para empujar al caballo con los pies. Los modelos posteriores se montaron sobre plataformas de ruedas y se hicieron para poder arrastrarlos o tirar de ellos. En el segundo caso se hacían agujeros en la plataforma para meter un palo con el que tirar del caballo.

Además de la producción de caballos de armazón relleno cubierto de piel, una solución parcial al peso de los balancines de arco se consiguió a principios de la década de 1880, cuando casi todos los caballos europeos estaban hechos de diferentes partes. El cuerpo y la cabeza eran de madera blanda (normalmente pino), y las patas y balancines eran de madera dura (generalmente haya). Esta construcción más ligera no sólo era mucho más segura, sino que la madera era menos propensa a rajarse que un bloque macizo.

Los problemas encontrados en los balancines de arco nunca se solucionaron completamente a pesar de los repetidos intentos, especialmente a principios de la década de 1800, por encontrar la manera de hacer caballitos  de balancín sobre balancines de arco que fueran menos dañinos en potencia. Sin embargo, estos problemas no disminuyeron la popularidad, en gran parte el aspecto estético de los balancines curvados.